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Disney sigue siendo el rey del storytelling.
¿Como Disney logro que unos racistas recodarán que ya estan envejeciendo con "La Sirenita"?
Quisiera comenzar diciendo que tenía planeado escribir este blog hace meses, cuando el tema de la película era relevante, pero creo que sigue siendo un ejemplo claro y reciente del punto que quiero resaltar.
Cuando se trata de contar historias, el storytelling lo es todo. Es fascinante cómo el reciente remake de "La Sirenita" se puede comparar con su predecesora. Técnicamente, ambas películas comparten la misma trama, personajes y argumento. Sin embargo, hay algo inherentemente diferente, algo que distingue a esta nueva versión. Lo que verdaderamente la distingue de las adaptaciones anteriores es cómo maneja los elementos narrativos.
Una de las diferencias más notables radica en la representación de la relación de Ariel con su padre, el Rey Tritón. Al compararla con la versión animada, inicialmente vemos similitudes: la renuencia de Tritón a permitir que Ariel se aventure en la superficie debido a su miedo a los peligros que representan los humanos. Este temor tiene sus raíces en un trágico incidente del pasado que llevó a la desaparición de la madre de Ariel. Sin embargo, Ariel insiste en que los humanos no son inherentemente malvados, desafiando la percepción de su padre.
Pero en esta nueva versión, las cosas toman un rumbo diferente. Es interesante cómo el storytelling se enfoca en el aspecto emocional de la paternidad, la idea de dejar ir a los hijos para que sigan su propio camino. Se vuelve evidente que la película se dirige a la audiencia que ha envejecido desde el lanzamiento original, aquellos que alguna vez criticaron el remake por cambiar el color de piel de Ariel, y que ahora están en una etapa de la vida en la que son o pronto serán padres.
Disney conoce bien a su audiencia. Saben que los espectadores de esta película abarcan tanto una nueva generación de niños como la generación que creció en los años 90. Este último grupo podría haber visto inicialmente la película con escepticismo, tal vez sintiendo que Disney estaba manipulando sus queridos recuerdos de la infancia. Sin embargo, al ver la película, algo inesperado sucede. El color de la piel de Ariel deja de ser nuestra principal preocupación. En cambio, nos encontramos cautivados por la relación que comparte con su padre.
Porque, de cierta manera, todos somos Ariel o nos convertiremos en Tritón. Disney continúa reinando supremo, al abordar el tema universal del amor paternal y la lucha por dejar ir. A medida que la historia se desarrolla, se nos recuerda que, como padres, eventualmente tendremos que liberar a nuestros hijos en el mundo. "La Sirenita" de Disney sirve como un conmovedor recordatorio de esta transición inevitable.
Una vez más podemos comprobar que no se puede subestimar el poder del storytelling. Puede transformar un cuento clásico en una exploración reflexiva de temas universales. La Re-imaginación de Disney de "La Sirenita" hace precisamente eso al enfatizar el viaje emocional de la paternidad.
A simple vista se siente como una historia completamente diferente con otra trama y otras eventos a lo largo de todo su desarrollo, pero estamos viendo exactamente la misma historia que conocimos hace más de 20 años. Pero contada de una manera diferente. Esto comprueba una vez más que: