Necesitamos más emprendedores, no empresarios.
Ser emprendedor y ser empresario son roles diferentes y estoy cansado de fingir qué no.
¿Qué significa ser emprendedor?
Hace unos años, durante una mentoría grupal, mencioné que ser emprendedor no implica necesariamente crear una empresa. En ese momento, un coach de vida que también estaba presente me interrumpió con una risa burlona, diciendo que era ridículo pensar que un emprendedor no tuviera como objetivo principal crear empresas.
No obstante, mantengo mi postura: ser empresario y ser emprendedor NO son lo mismo. Y uso este meme del Guason (aprovechando que ya salió el nuevo trailer del Guason 2) para declarar mi punto:
Ser empresario
Ser empresario es un título que te ganas por tus acciones. Es similar a ser un aadministrd1eor un receptor o incluso el "viejo sabio de la aldea". Un empresario es alguien que tiene un negocio propio, emplea a otras personas o se autoemplea.
Es un título al final de cuentas por poner una empresa, pero eso no te hace emprendedor. Generar riqueza no necesariamente genera valor. Bien lo aprendimos del señor Scrooch con los Fantasmas de las Navidades.
Ser emprendedor
En cambio, ser emprendedor es un estado mental. Es una manera de pensar, de vivir y de ver la vida. El rol de un emprendedor es generar valor en su entorno a través de la innovación o del emprendimiento. Por ejemplo, si vendo un plátano, actúo como empresario porque estoy vendiendo algo que necesitas. Sin embargo, si veo que no puedes comer el plátano en su estado natural y decido convertirlo en una papilla para que puedas digerirlo mejor, estoy añadiendo valor al producto existente. Eso me convierte en un emprendedor, aunque no necesariamente en un empresario.
Generar valor: el verdadero rol del emprendedor.
La clave aquí es la creación de valor. Ser emprendedor significa identificar oportunidades para mejorar o innovar en cualquier aspecto de la vida o los negocios. No se trata solo de iniciar una empresa, sino de adoptar una mentalidad que siempre busca soluciones y mejoras. Esta mentalidad es aplicable tanto en contextos laborales tradicionales como en proyectos personales o comunitarios. Un emprendedor puede ser empresario, pero no todo empresario es emprendedor, ya que no todos innovan ni crean valor continuamente. Recordemos que se puede sumar valor de más formas, no necesariamente con una empresa.
Ser empresario responde a las necesidades del sistema socioeconómico en el que vivimos, mientras que ser emprendedor responde a las necesidades como sociedad y como mundo. Las cuales, no siempre se alinean.
Reflexión Final
Necesitamos más emprendedores, no empresarios. Muchos de nuestros retos actuales van más allá de las necesidades socioeconómicas, se necesita aportar valor de más maneras diferentes a las de crear riqueza.
Sé que esto puede ser debatible y controversial, pero necesitamos más emprendedores, no necesariamente más empresarios. Sin embargo, ambos roles son importantes y valiosos. Es crucial reconocer y valorar tanto a empresarios como a emprendedores por su impacto único y su capacidad para generar valor en diferentes contextos. Pero sin quitar la relevancia en la necesidad cada vez más presente de ideas frescas e innovadoras.