Que coman pastel...¿o no?
Una nueva polémica sobre los pasteles en forma de corazón revela cómo productos cotidianos se vuelven lujos y se cuestiona el papel de Walmart en la economía actual y el comercio local.
Si hay un villano corporativo por excelencia en la era moderna, ese es Walmart. Su historial es bien conocido: donde se instala, los pequeños comercios desaparecen, incapaces de competir con sus precios bajos y su cadena de producción masiva.
Una de las mejores formas en que esto ha sido ilustrado es en el episodio "The Walmart Episode" de South Park, donde se satiriza la llegada de Walmart a la ciudad. La serie muestra cómo la tienda destruye negocios locales y transforma la cultura comunitaria en una obsesión por los precios bajos. Los personajes luchan contra un poder corporativo que ofrece conveniencia a costa de la identidad local, mientras se critican las políticas que favorecen a las grandes empresas sobre las pequeñas.
El Caso de los Pasteles de San Valentín
Sin embargo la batall más reciente y posiblemente de las más bizarras que surge desde las trincheras de TikTok, es una que gira alrededor del 14 de febrero y sus emblemáticos pasteles en forma de corazón.
Tradicionalmente, estos pasteles eran creaciones artesanales, elaborados por pastelerías locales bajo pedido, con precios que alcanzaban los $1,500 MXN ($90 USD). Sin embargo, Walmart revolucionó el mercado al introducir su versión por menos de $500 MXN ($30 USD).
La reacción fue inmediata: pasteleros y defensores del comercio local alzaron la voz en protesta.
Los críticos señalan que las compras en Walmart no solo perjudican a las pastelerías artesanales, sino que además perpetúan la explotación laboral y normalizan el uso de ingredientes de baja calidad.
Walmart, el inesperado héroe del pueblo
En lugar de unirse a la indignación, la opinión pública comenzó a defender a Walmart. Los testimonios en redes sociales no se hicieron esperar:
"Los pasteleros de Walmart no ganan tan mal", decían algunos. De hecho, según @andraberghoff en Instagram: "El salario inicial para un decorador de pasteles en Walmart está entre 19 y 25 dólares la hora."
"Los ingredientes son los mismos", argumentaban otros.
Un usuario señaló: "¿Por qué pagaría $30 USD solo en ingredientes cuando puedo comprar un pastel completo de Walmart por menos?"
"Los pasteles no deberían ser un lujo", fue la frase que más resonó, con usuarios compartiendo experiencias positivas: "¡Me encanta! No todos pueden pagar $150 USD por un pastel en forma de corazón, esto lo hace accesible para la mayoría 💕💕💕."
Este último argumento llevó la discusión a otro nivel. Algunos pasteleros respondieron que un pastel con diseño especial sí es un lujo, como señala @birdysbakery en TikTok: "Lo que realmente me molesta son los comentarios de personas quejándose de lo que los panaderos caseros cobran por los pasteles vintage en forma de corazón... Especialmente cuando un pastel de cumpleaños es un lujo. No es una necesidad."
Esta fue la chispa que detono y la respuesta fue contundente: "¿Un pastel de cumpleaños es un lujo? 🤣 Qué absurdo", comentó un usuario. Otro agregó: "Si crees que un pastel es un lujo, necesitas reconsiderar tu posición. Si alguien está devaluando a las personas aquí, eres tú."
Y ahí es donde entramos en territorio distópico: ¿vivimos en una realidad donde hasta un pastel es considerado un privilegio? ¿En qué momento Wal Mart se convirtió en el héroe del cuento?
El mundo donde lo básico se convierte en un lujo
Esta polémica refleja algo más grande: el hecho de que cada vez más productos cotidianos están dejando de ser accesibles para la mayoría. No es solo el pastel, sino los huevos, la leche, la vivienda, el agua potable. Lo que antes se daba por hecho, ahora es un bien aspiracional.
Si Walmart, el titán corporativo que arrasó con miles de pequeños negocios, ahora es defendido por las mismas personas que antes lo criticaban, ¿qué nos dice esto sobre el estado actual de la economía?
¿Es posible que hayamos llegado al punto donde el único villano peor que Walmart… sea un mundo donde la gente ya no puede pagar un pastel?
¿Hemos entrado a una versión del multiverso donde Wal Mart es el bueno del cuento?
Pueden leer más en el artículo que escrito por Danielle Harling aquí.